En cuanto visitamos el restaurante supimos que ese sería el lugar donde celebraríamos nuestra boda. Los jardines para el cóctel, la casa de piedra para la comida y la discoteca para el baile, 3 espacios diferentes para hacer de nuestra boda un día inolvidable.
Otra ventaja que tiene es que a 500 metros del restaurante está el Monasterio de Aiala, un lugar idílico para celebrar la ceremonia religiosa.
En cuanto al restaurante, fue de 10. Tanto en el servicio como la calidad y el asesoramiento de Jorge increíble! Los invitados salieron encantados, el menú fue perfecto y el sitio maravilloso.
Podéis confiar en ellos, son muy profesionales.
Nos casamos hace un mes y todavía nos recuerdan los invitados que ha sido la mejor boda en la que han estado! Estamos muy contentos con la elección que hicimos.
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